Llevo un tiempo pensando que quizá estaría bien abrirme un blog, ya que instagram se me queda corto en lo referente a publicaciones de reflexiones, procesos de trabajos o documentación. Facebook prácticamente no lo uso, y las demás redes son meros portafolios de mi trabajo. Hace unos años ya tuve un blog de estos, con mi querida amiga Laia, era bastante exitoso de hecho, pero el enfoque del contenido era muy distinto a éste, en el que me aventuro ahora mismo. Será , o tengo la intención que sea, una especie de diario de abordo, de cuaderno de bitácora donde ir recogiendo vivencias, experiencias y todo lo que se me pase por la cabeza en definitiva. Ya que sí, también me gusta escribir ( sin pretensiones ) y sabiendo que seguramente más de una y mil veces cometeré errores del tamaño de la muralla china. ¿ Me importa?, no, porque es mi blog . ¿Y qué me ha empujado a dar este paso?, el pasado mural que realicé en Sevilla, como deberían saber ciudad donde vivo, dedicado a mi abuela Carmen. Pintura realizada en el muro de AHê taller, un estudio compartido por varios artistas ( Zesar Bahamonte, Ase Torralba, Pablo Mtnez Conradi, Paloma López y Mr Drili ) y que invitan todos los meses a otro artista a intervenir su pared exterior. El evento en cuestión se llama Fugâh, por eso de lo efímero que tiene la cosa. A sabiendas de lo que duraría la pintura (un mes o algo menos )decidí, después de manejar varias opciones, pintar a mi abuela. Tras asistir a la presentación del estudio tipográfico usado para nombrar las calles de Sevilla por unos amigos ( familia tipográfica Justa y Rufina ), empecé a considerar seriamente utilizar dicha tipografía que da nombre a la calle donde se sitúa el taller, la calle Sol. Entraba perfecto en el formato , pero... ¿cómo jugar con esto?. ¿Y si meto en el medio una imagen que me sugiera el sol...?. Sustituir la O por una figura!, oh sí... ok... Hice un repaso entre diferentes opciones para mí evocadoras, entre ellas un autoretrato con toda la cara de un higo encogido por el sol con el consiguiente "autoputeo" ( un bigote, unos colmillos), pero todo apuntaba a mi abuela, una idea que llevaba rondando un tiempo. Hay pocas fotos suyas en su salsa y entre las pocas que hay que rescaté una en la que se encontraba con mi sobrina recién nacida en brazos. Esa cara de felicidad radiante , ESA, era la que yo quería pintar. Pero no quería caer en " lo típico" y claro... ¿qué le sacaba a mi abuela una sonrisa parecida a esa de la foto?, fácil, un "cervezón". Le alegraba la cara casi de la misma manera que su nieta!. Así que nada, una cerveza bebé de su marca favorita sujetaría, decidido. He de decir que al principio sentí un poco de miedo por lo que la gente pudiera pensar. No estaba pintando a cualquiera que no conozco y lamentablemente creo que a estas alturas todos sabemos que esta sociedad de la "opinión" fácil escudada en el anonimato a través de un click, puede ser muy venenosa. No sería la primera vez que me pasara , encontrarme con comentarios desagradables de algún trabajo mío y luego pasarlo mal. Por ella más que nada. Pero pedí opinión a diferentes compañeros en cuyo criterio confío y me dijeron , no lo dudes, adelante. A partir de ahí todo fue coser y cantar. Dos días pintando con más frío que alicatando un iglú, porque había una ola de frío o no sé qué. Amigos acompañando, algún viandante que se paraba a mirar, algún acercamiento a posible percance por golpe de extensor a motorista , risas y mucho cariño de quienes allí estuvieron durante el proceso. No es fácil para mí pintar con espectadores, debería estar acostumbrada me dicen, pero no. Y cada vez menos. Es un proceso íntimo, en el que necesito concentración. Entro en una especie de trance raro del que claro... el estar pendiente para no ser atropellada o el charlar con amigos que vienen a verte te sacan . Pero qué le vamos a hacer, hay que vivir y sobrevivir, y socializar. Y el sábado 27 de Noviembre sobre las 7,30 allí estaba mi abuela. Mi abuela Carmen. La había traído de vuelta, salió de mi brocha sin dudar, sin error, salió casi automático. Cuando pintaba su mancha de la cara y las de su escote parecía que la olía... "Aquí estás...". Me tuve que retirar, me emocioné ( y ahora mientras escribo otra vez, la sensibilidad... ). Es curioso darme cuenta de cómo mi cabeza mapea, escudriña y guarda fotogramas de rasgos de quien más quiero y he querido. Para siempre archivados. No sabía que podía abrir las carpetas de esta manera. Su pelo lo resolví con cuatro brochazos y sin pensar demasiado, juro que la mano iba sola ahí. Me agobié con sus manos, por mi obsesión por pintarlas y porque las suyas en especial las he observado durante toda la vida que hemos compartido, hasta el mismo día que le dije adiós. Tenían que ser las suyas y no unas cualquiera, y ahí salieron de nuevo, con esa manera que tenía de coger las cosas con cuidado, dejando los dedos como tiesos, Iba a extenderme ahora en hablar de ella, pero podría escribir anécdotas sin parar y entonces esto se haría demasiado largo. Lo resumiré en esa sonrisa perpetua, aunque estuviese triste. Quiero recordarla para siempre tomándose su "Cruh" fresquita conmigo mientras nos reímos de cualquier cosa. Era una mujer espléndida, en todos los sentidos. Y oye, no esperaba yo el revuelo que se iba a montar, para bien. Empezó el mural a dar vueltas, gente fotografiándolo y pasando de un teléfono a otro. Yo alucinando, la verdad. Los seguidores en instagram me subieron en una tarde más que en un año entero. Gente que no sé ni de dónde salía compartiendo, etiquetándome, felicitándome... " Lo llego a saber y me pinto a mi abuela en 2004", pensé. Pero no por el movimiento, sino por notar que mucha gente ha sabido de ésta que está aquí ahora. ¿Será porque he tocado la fibra, sevillana con el botellín de Cruzcampo?. Es porque toca muchos puntos, me dicen, " ah, vale". Pero hay algo que no me cuadra del todo... Será esta tendencia mía a desconfiar, o será que estoy "más quemá que la pipa un indio", no sé. Lo que ha generado, para mí ,ha sido un poco raro, para qué me voy a engañar ( soy yo muy de analizarlo todo, qué le vamos a hacer). Tengo una sensación extraña ahora que todo ha pasado. Soy consciente que no se puede esperar que todo el mundo tenga curiosidad por lo artístico ni un gusto cultivado por el mismo, pero me da la impresión que todo queda en anécdota, en la anécdota de la abuela del botellín. En una foto de móvil a móvil que no va mas allá. Llevo pintando murales desde 2001 y cuadros ni te cuento, desde que esta señora me cuidaba por las tardes con 9 o 10 años, y es en 2021 cuando de repente esta ciudad se detiene un momentito y descubre que esto existe. Pero esta ciudad es así, Barroca. Le da por algo y venga y venga, crece y crece como volutas de acanto. Lo malo de esta comparación es que el Barroco tiraba mucho de estudio profundo , no se quedaba solo en la floritura y el efecto. Su función era " dejar a la gente loca", pero los artistas y artesanos eran grandes sabios de la simbología, mitología e historias paganas y no tanto y usaban todo este conocimiento para ese efectismo. ¿Digamos que aquí como amante de este estilo también he cumplido mi función como artista barroca en el siglo XXI?, jajaja, ¿estoy delirando?. Lo dejo mejor... Pinté el mural a sabiendas que duraría un mes, porque de eso van las intervenciones Fugâh de Ahê taller. Lo escribí, lo informé y aún así, gente de mi círculo cercano que deberían saber ya cómo va esto me preguntaron por qué se taparía .La gente no se interesa en saber ni qué pasa, ni de qué trata la cosa, ésta en concreto. Ésta fue otra cosa que me llamó la atención. Ese atisbo de egoísmo por conservar algo que no ha sido creado con esa finalidad, ni es tuyo. Esa es la magia de pintar en la calle de hecho! , el desapego. Y en este caso más. Es un regalo, una joya, un trocito de mi corazón que dejé en la calle Sol durante esos días. Mas intenso aún si cabe.
También pasó que muchas personas me felicitaron personalmente. Lo agradecí, claro, pero me pregunté y sigo preguntándome acerca de esas felicitaciones de gente cercana . ¿Acaso no saben el trabajo y tiempo que llevo invertido en esto como para que me feliciten ahora?. ¿Será porque conocían a mi abuela y les ha llegado por fin algo que hago?.¿Por qué no recibí esas felicitaciones con otros trabajos que he hecho?. ¿Por qué tengo la certeza que muchos de ellos no saben qué hago realmente o si esto a lo que me dedico es realmente un trabajo ? ( aunque en este caso concreto fue un trabajo libre no remunerado). Esta misma gente preguntará pronto " Y qué, ¿tienes trabajillos ahora?". Como si mi trabajo dependiera de que me lo den. Demasiado análisis por mi parte quizá... Y mira que no me quejo de las vueltas que ha dado y sigue dando, me apena y me da qué pensar, que todo en esta vida se queda en anécdota y en "yo conozco a". En que pasará el tiempo y este mural solo habrá significado algo importante para mí y quienes la querían, pero no transcenderá más allá. Tampoco tenía esa intención. ¿Que me da pena que ya no esté mi abuela pintada en ese muro?, pues claro, pero tenía que ser así y así ha sido, fugaz. Sus manchitas y su olor siempre están conmigo. Y puedo volver a pintarla cuando quiera. ¿Que me encantaría pintar un muro gigante que durase en mi ciudad?, pues claro, pero esta ciudad es Barroca y se ciega con los brillos del pan de oro. Traje a mi abuela de vuelta por unos días e hicimos algo juntas de nuevo. Esa era mi intención y con eso me quedo. Lo demás se pierde en la linea de tiempo. Ni los likes, ni las felicitaciones dan de comer. Pero el arte ensancha y alimenta el alma, cosa que intenté hacer con mi pintura durante unos días a quien le diese por pasarse a conocer a Carmen López. Te quiero abuela, te siento conmigo siempre. Gracias. Fotografías por: http://jorgeshoots.com/ y #Espacio12.50.
2 Comments
11/13/2022 09:49:24 am
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AuthorMi rincón de pensar. ArchivesCategories |